El Doctor Eduard Bach, basándose en investigaciones previas, en su propia experiencia como médico y en unas dotes excepcionales de observación, llegó a la conclusión de que las personas viven, se relacionan y se expresan desde unos patrones concretos.
Estos patrones, relacionados con la personalidad de cada sujeto, dan lugar a diferentes formas de reaccionar ante la vida y ante la enfermedad, es decir, diferentes formas de expresión vital. Partiendo de esta premisa desarrolla la Terapia Floral contemplando al ser humano desde una perspectiva holística.
Durante años de investigación, Bach elaboró treinta y ocho remedios o elixires florales: treinta vinculados y ocho estados emocionales arquetipos. Estos remedios presentes en la naturaleza nos ayudan a eliminar el dolor y a vivir con salud y bienestar.
Los elixires florales son preparados líquidos obtenidos de la maceración de flores que nos aporta las cualidades curativas y de transformación personal del mundo vegetal. Actúan transformando las emociones, las actitudes, los hábitos de comportamiento que obstaculizan el desarrollo personal y perturban la salud. Se utilizan para remontar la tristeza, la falta de confianza en uno mismo, los miedos, el estrés, los estados depresivos, la ansiedad, el nerviosismo, etc. Favorecen la expresión de nuestras capacidades y nos encaminan hacia un modo de vida equilibrado.